viernes, 31 de julio de 2015



Una educación para fomentar la creatividad


Recuerdo mi niñez con imágenes que se suceden unas tras otras. A lo lejos veía  dos árboles grandes,  y arbustos que componían la cerca. Veía verde por todos lados. Cerca pasaba un canal al que nos acercábamos peligrosamente, pero también allí, mis hermanos y yo, probábamos algunos inventos y teorías. La casa de adobe se erguía humilde y acogedora cerca del camino principal, en el cual aprendí a andar en bicicleta mirando hacia abajo y cayéndome en el camino polvoriento y lleno de piedrecillas que se metían entre los dedos de mis pies.  Al centro del terreno un naranjo que me parecía inmenso…bajo ese árbol fuimos personajes de la actualidad de aquella época, sobre un escenario improvisado…. Recuerdos… luego vino la escuela en la que nos sentábamos uno tras el otro. Aprendí a leer, a escribir, contar, sumar, restar, y un sin número de otras operaciones cognitivas.
Han pasado 30 años desde que entré por vez primera a una sala de clases. He pasado por varias etapas educativas…. Pero no por ello soy más creativa, he aprendido a resolver problemas, pero cuando estoy sentada entre los niños y recuerdo la niña que fui siento profundamente que la creatividad que estaba dentro de mí, bajo aquel naranjo, ya no está más… se ha ido…. Hoy, estoy en el aula como educadora y me pregunto qué tan creativa soy, y en contraste veo lo increíbles que son estos niños. Merecen que su creatividad sea cultivada, que su chispa de vida no se apague y se emocionen frente a un mundo al que ellos pueden ponerle un color diferente. Pueden cambiar el estilo de nuestro país. Podemos ser un país creativo que marque su talante propio y no sea copia de otros modelos a los que miramos con ansiedad.




 Un “país creativo” suena fantástico, sin embargo, qué es creatividad, qué sucede en nuestra realidad, cómo podemos fomentarla, y el rol del educador en el aula son algunos de los temas que trataré de abordar en este artículo.

Hace aproximadamente diez años salieron a la calle y marcharon miles de estudiantes que gritaban y pedían una educación de calidad en nuestro país. Llegaba la revolución pingüina y, por primera vez, se alzaba la voz tan fuerte para pedir cambios estructurales en nuestro sistema educativo orientado principalmente a la reproducción de clones, dedicados a la productividad capitalista, en un sistema altamente competitivo donde el consumo y el estatus son los bienes más requeridos. Una a una fueron rebalsando el vaso las gotas de la poca calidad, la falta de docentes con vocación, la falta de estructura por sólo nombrar algunas. Sin embargo, esto era sólo el comienzo



Más adelante, en 2011, el país se unió como no lo hacía desde tiempos de dictadura para pedir nuevamente educación gratuita y de calidad. Las voces subían por las calles y plazas de todo Chile gritando por un sueño, un sueño que es un derecho, derecho a la educación.  Este país, altamente fragmentado por la fisura dictatorial, se había unido nuevamente para pedir, con el grito en la garganta, que se respete el derecho constitucional a la educación. Pero no cualquier educación, educación de calidad y gratuita. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos y de las buenas intenciones, no logramos despegar en calidad, es como si la raíz de esta planta hubiese sido quemada y es incapaz de repuntar hacia el futuro.   ¿La respuesta? Nuestro sistema está mutilado en su esencia, no podemos desaprender lo que ya aprendimos, no concebimos educación si nuestros niños no están rectamente sentados en sus sillas con el lápiz en la mano, mirando todos hacia el mismo lado y aprendiendo lo que el/la profesora enseñan. Apenas se mueven les llamamos la atención. Si un niño se sale del esquema que hemos impuesto en el aula nos preocupamos y tratamos de buscar respuestas a su inquietud. No vemos que esos niños tienen en sí el potencial, la capacidad de crear, de innovar, de cambiar el mundo.

Creatividad

La creatividad se define según la RAE como:
1. f. Facultad de crear.
2. f. Capacidad de creación.

La palabra clave es crear, crear algo nuevo, lo que es sinónimo de inventar. No está todo dado, hay mucho por hacer. Y la creación está ahí, en nuestras aulas, en las mentes brillantes que están esperando que una educadora, un educador potencie su capacidad intrínseca de crear. Los invito a profundizar un poco más y para eso le pediremos ayuda a Philippe Brasseur (Formador y consejero en creatividad) en la universidad de Liège, en Bélgica, quien nos recuerda que la creatividad se refiere oficialmente a  « la capacidad de producir ideas nuevas y útiles”, sin embargo también nos recuerda  que según Carl Rogers « Ser creativo es realizarse como persona” y a modo personal cree que “esta es la verdadera misión de la escuela en nuestros días, llevar a los individuos a emerger fuera de toda norma y de todo conformismo.”


Nos queda claro que no estamos siendo muy creativos en nuestro sistema educativo, sin embargo, estamos siendo la escuela perfecta que elimina todo atisbo de creatividad, la que es cambiada en conductas aprendidas y repetidas a tono con nuestra sociedad. Ojalá ningún elemento se escape dentro de este engranaje que necesita que cada pieza se mantenga en su lugar, realizando su trabajo, sin cuestionamientos de ningún orden.

Si miramos el nivel de educación parvularia, no es mucha la diferencia, hay actitudes aprendidas y repetidas, la monotonía, el automatismo se apoderan de nuestro ánimo. Además por mucho tiempo la lámina ha ocupado un lugar privilegiado no dejando lugar a la creatividad.

A pesar de que en nuestro sistema educacional queda tanto por hacer, tanto por re-aprender y re-crear, miremos adelante y veamos con alegría y esperanza que la materia prima de nuestro “país creativo” está ahí, en el aula, esperando a los educadores que los potencien y animen a “realizarse como personas” a “emerger fuera de toda norma y conformismo” porque son inventores de algo nuevo, de algo útil, de un futuro sin precedentes. La creatividad nos mueve hacia la renovación, hacia el futuro, a destruir nuestros hábitos y costumbres establecidas.

En resumen,  diremos que la persona creativa reúne ciertas habilidades y actitudes. En la siguiente lista nombraremos las más relevantes:

  • Fluidez
  • Flexibilidad
  • Originalidad
  • Capacidad para identificar problemas
  • Imaginación
  • Curiosidad
  • Toma de riesgos
  • Tolerancia a la ambigüedad 
  •  Alto nivel de energía
  • Intuición
  • Independencia
  • Apertura


Todo esto desemboca en un proceso creativo que se caracteriza por las siguientes etapas propuestas por Wallas (1926):
Preparación: Consiste en la búsqueda de ideas,
Incubación: Momento de trabajo a nivel inconsciente que nos conducirán a una idea o solución de una situación.
Iluminación: Que consiste en el hallazgo de la idea, la nueva idea toma forma.

Los criterios esenciales para considerar un producto como creativo son:


  •  Originalidad
  • Novedad
  • Utilidad
  • Síntesis o integración de Ideas


En este proceso creativo se hace relevante “el clima,  que se refiere al contexto o situación en la que tiene lugar el proceso  creativo. Consiste en aquellos factores que favorecen u obstaculizan la creatividad de los individuos. Más adelante abordamos con detalle cuáles son las características de un clima que permite que florezca la creatividad de los individuos.”
Y es, en este último punto, donde nuestro sistema educativo puede hacer un clic  y cambiar el clima de nuestras aulas favoreciendo el proceso creativo en nuestros niños/as.

Hacia un futuro creativo.

Diversos autores han escrito sobre la creatividad y han investigado sobre los elementos que la benefician, por lo tanto nos enfocaremos en la creación de un clima favorable para el surgimiento de la creatividad.   Tomaremos como base el artículo de Lilian Dabdoub Alvarado, Máster en Creatividad Aplicada, DAL Soluciones Creativas. México.

“Actualmente se cuenta con un marco de referencia que permite comprender cuáles son las características de un clima que favorece la innovación y el cambio a partir de las investigaciones de diversos autores, Ekvall, 1983, 1995, 1996; Amabile, 1988, 1995; Isaksen, Lauer, Murdock, Dorval y Puccio, 1995, entre otros.

No importa la cultura, el grupo social en el que nos encontremos, el país en el que vivamos, la percepción que tenemos sobre lo que nos permite expresar nuestra creatividad es la misma. Al igual que todos los seres humanos necesitamos para vivir la misma composición del aire y del agua, los ingredientes que requerimos de un clima para desarrollar nuestra creatividad son los mismos.”

En este artículo nos enfocamos en algunos de los aspectos que fomentan un clima favorable a la creatividad (Isaksen, Lauer, Murdock, Dorval y Puccio, 1995).



  • Desafío y compromiso: Se refiere al grado en el que las personas de un grupo se involucran en las actividades cotidianas y en las metas a largo plazo.

  • Libertad: La independencia de conducta con la que cuenta la gente en el grupo.
  • Confianza y apertura: La seguridad emocional en las relaciones interpersonales.
  •  Tiempo para idear: La cantidad de tiempo que pueden utilizar las personas para generar nuevas ideas.
  •  Juego y sentido del humor: La espontaneidad y soltura que expresan las personas en el grupo.
  • Conflicto: La presencia de tensiones personales y emocionales en el grupo (en contraste con las tensiones debidas a las diferencias de opinión identificadas en la dimensión de discusión o debate). Esta dimensión, aunque negativa, está presente en cualquier ambiente social. En un ambiente favorable para la creatividad debería presentarse en un nivel bajo.
  • Apoyo a las ideas: La forma en que se reciben las nuevas ideas.
  • Discusión o debate: La presentación de desacuerdos entre diferentes puntos de vista, ideas, experiencias y conocimientos.
  • Toma de riesgos: La tolerancia a la incertidumbre y a la ambigüedad experimentada en el grupo.
 
Como vemos estos 9 aspectos del clima favorable a la creatividad se puede aplicar perfectamente a la escuela.

Hacer actividades que involucren a los niños, que los comprometa tiene que ver con el interés que produzca en ellos la materia a tratar. Además desafiarlos en sus capacidades, al mismo tiempo que se apoya las ideas  y motivarlos a tomar riesgos. Se puede tener momentos de relajo en cada clase, aprender haciendo y por qué no jugando, poniendo sentido del humor en algunos momentos y minimizando los conflictos provocando el debate y discusión de ideas de manera respetuosa. Todos estos elementos provocan que las personas y los estudiantes puedan sentir que son capaces de lograr objetivos y disfrutar con lo que están haciendo. Además empodera a los estudiantes frente a su futuro, como dijo Philippe Brasseur  “esta es la verdadera misión de la escuela en nuestros días, llevar a los individuos a emerger fuera de toda norma y de todo conformismo” Teniendo como objetivo “realizarse como persona.”

Conclusión


Un “país creativo” es posible si nosotros, educadores lo hacemos posible. Nuestro compromiso con los niños, explorando con ellos sus posibilidades y capacidades y no simplemente transmitiendo conocimiento. 

Hoy, en el siglo XXI el conocimiento está al alcance de todos, está ahí, esperando a que lleguen personas capaces de encontrarlo y de utilizarlo. Hagamos de nuestros niños personas con estilo propio, creativos y con talante que puedan dar a conocer sus opiniones sin miedo, confiados de sus capacidades, sabiendo que lo que no conocen aún está esperando para que ellos lo descubran o creen lo que todavía no ha sido creado.


viernes, 19 de junio de 2015

presentación prezi