Una
educación para fomentar la creatividad
Recuerdo mi niñez con
imágenes que se suceden unas tras otras. A lo lejos veía dos árboles grandes, y arbustos que componían la cerca. Veía verde
por todos lados. Cerca pasaba un canal al que nos acercábamos peligrosamente,
pero también allí, mis hermanos y yo, probábamos algunos inventos y teorías. La
casa de adobe se erguía humilde y acogedora cerca del camino principal, en el
cual aprendí a andar en bicicleta mirando hacia abajo y cayéndome en el camino
polvoriento y lleno de piedrecillas que se metían entre los dedos de mis
pies. Al centro del terreno un naranjo
que me parecía inmenso…bajo ese árbol fuimos personajes de la actualidad de aquella
época, sobre un escenario improvisado…. Recuerdos…
luego vino la escuela en la que nos sentábamos uno tras el otro. Aprendí a leer, a escribir, contar,
sumar, restar, y un sin número de otras operaciones cognitivas.
Han pasado 30 años
desde que entré por vez primera a una sala de clases. He pasado por varias
etapas educativas…. Pero no por ello soy
más creativa, he aprendido a resolver problemas, pero cuando estoy sentada
entre los niños y recuerdo la niña que
fui siento profundamente que la creatividad que estaba dentro de mí, bajo
aquel naranjo, ya no está más… se ha ido…. Hoy, estoy en el aula como educadora
y me pregunto qué tan creativa soy, y en contraste veo lo increíbles que son
estos niños. Merecen que su creatividad sea cultivada, que su chispa de vida no
se apague y se emocionen frente a un mundo al que ellos pueden ponerle un color
diferente. Pueden cambiar el estilo de nuestro país. Podemos ser un país creativo que marque su talante propio y no sea copia de otros
modelos a los que miramos con ansiedad.
Un “país creativo”
suena fantástico, sin embargo, qué es creatividad, qué sucede en nuestra
realidad, cómo podemos fomentarla, y el rol del educador en el aula son algunos
de los temas que trataré de abordar en este artículo.
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Más adelante, en 2011, el país se unió como no lo hacía desde tiempos de
dictadura para pedir nuevamente educación gratuita y de calidad. Las voces
subían por las calles y plazas de todo Chile gritando por un sueño, un sueño
que es un derecho, derecho a la educación.
Este país, altamente fragmentado por la fisura dictatorial, se había
unido nuevamente para pedir, con el grito en la garganta, que se respete el derecho constitucional a la educación.
Pero no cualquier educación, educación de calidad
y gratuita. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos y de las buenas
intenciones, no logramos despegar en calidad, es como si la raíz de esta planta
hubiese sido quemada y es incapaz de repuntar hacia el futuro. ¿La respuesta? Nuestro sistema está
mutilado en su esencia, no podemos desaprender
lo que ya aprendimos, no concebimos educación si nuestros niños no están
rectamente sentados en sus sillas con el lápiz en la mano, mirando todos hacia
el mismo lado y aprendiendo lo que el/la profesora enseñan. Apenas se mueven les
llamamos la atención. Si un niño se sale del esquema que hemos impuesto en el
aula nos preocupamos y tratamos de buscar respuestas a su inquietud. No vemos
que esos niños tienen en sí el potencial,
la capacidad de crear, de innovar, de cambiar el mundo.
Creatividad
La creatividad se define según la RAE
como:
La palabra clave es crear, crear algo
nuevo, lo que es sinónimo de inventar. No está todo dado, hay mucho por hacer.
Y la creación está ahí, en nuestras aulas, en las mentes brillantes que están
esperando que una educadora, un educador potencie su capacidad intrínseca de
crear. Los invito a profundizar un poco más y para eso le pediremos ayuda a Philippe
Brasseur (Formador y consejero en creatividad) en la universidad de Liège, en
Bélgica, quien nos recuerda que la creatividad se refiere oficialmente a « la capacidad de producir ideas nuevas y
útiles”, sin embargo también nos recuerda
que según Carl Rogers « Ser
creativo es realizarse como persona” y a modo personal cree que “esta es la
verdadera misión de la escuela en nuestros días, llevar a los individuos a emerger fuera de toda norma y de todo
conformismo.”
Nos queda claro que no
estamos siendo muy creativos en nuestro sistema educativo, sin embargo, estamos
siendo la escuela perfecta que elimina todo atisbo de creatividad, la que es
cambiada en conductas aprendidas y repetidas a tono con nuestra sociedad. Ojalá
ningún elemento se escape dentro de este engranaje que necesita que cada pieza
se mantenga en su lugar, realizando su trabajo, sin cuestionamientos de ningún
orden.
Si miramos el nivel de
educación parvularia, no es mucha la diferencia, hay actitudes aprendidas y repetidas,
la monotonía, el automatismo se apoderan de nuestro ánimo. Además por mucho
tiempo la lámina ha ocupado un lugar privilegiado no dejando lugar a la
creatividad.
A pesar de que en
nuestro sistema educacional queda tanto por hacer, tanto por re-aprender y re-crear, miremos adelante y veamos con alegría y esperanza que la
materia prima de nuestro “país creativo” está ahí, en el aula, esperando a los
educadores que los potencien y animen a “realizarse como personas” a “emerger
fuera de toda norma y conformismo” porque son inventores de algo nuevo, de algo
útil, de un futuro sin precedentes.
La creatividad nos mueve hacia la renovación, hacia el futuro, a destruir nuestros
hábitos y costumbres establecidas.
En resumen, diremos que la persona creativa reúne ciertas habilidades y actitudes. En la
siguiente lista nombraremos las más relevantes:
- Fluidez
- Flexibilidad
- Originalidad
- Capacidad para identificar problemas
- Imaginación
- Curiosidad
- Toma de riesgos
- Tolerancia a la ambigüedad
- Alto nivel de energía
- Intuición
- Independencia
- Apertura
Todo esto desemboca en
un proceso creativo que se
caracteriza por las siguientes etapas propuestas por Wallas (1926):
Preparación:
Consiste en la búsqueda de ideas,
Incubación:
Momento de trabajo a nivel inconsciente que nos conducirán a una idea o
solución de una situación.
Iluminación:
Que consiste en el hallazgo de la idea, la nueva idea toma forma.
Los criterios esenciales para
considerar un producto como creativo son:
- Originalidad
- Novedad
- Utilidad
- Síntesis o integración de Ideas
En este proceso
creativo se hace relevante “el clima, que se refiere al contexto o situación en la
que tiene lugar el proceso creativo.
Consiste en aquellos factores que favorecen u obstaculizan la creatividad de
los individuos. Más adelante abordamos con detalle cuáles son las
características de un clima que permite que florezca la creatividad de los
individuos.”
Y es, en este último
punto, donde nuestro sistema educativo puede hacer un clic y cambiar el clima de nuestras aulas
favoreciendo el proceso creativo en nuestros niños/as.
Hacia
un futuro creativo.
Diversos autores
han escrito sobre la creatividad y han investigado sobre los elementos que la
benefician, por lo tanto nos enfocaremos en la creación de un clima favorable
para el surgimiento de la creatividad. Tomaremos como base el artículo de Lilian Dabdoub Alvarado, Máster en
Creatividad Aplicada, DAL Soluciones Creativas. México.
“Actualmente se
cuenta con un marco de referencia que permite comprender cuáles son las
características de un clima que favorece la innovación y el cambio a partir de
las investigaciones de diversos autores, Ekvall, 1983, 1995, 1996; Amabile,
1988, 1995; Isaksen, Lauer, Murdock, Dorval y Puccio, 1995, entre otros.
No importa la
cultura, el grupo social en el que nos encontremos, el país en el que vivamos,
la percepción que tenemos sobre lo que nos permite expresar nuestra creatividad
es la misma. Al igual que todos los seres humanos necesitamos para vivir la
misma composición del aire y del agua, los ingredientes que requerimos de un
clima para desarrollar nuestra creatividad son los mismos.”
En este artículo
nos enfocamos en algunos de los aspectos que fomentan un clima favorable a la
creatividad (Isaksen, Lauer, Murdock, Dorval y Puccio, 1995).
- Desafío y compromiso: Se refiere al grado en el que las personas de un grupo se involucran en las actividades cotidianas y en las metas a largo plazo.
- Libertad: La independencia de conducta con la que cuenta la gente en el grupo.
- Confianza y apertura: La seguridad emocional en las relaciones interpersonales.
- Tiempo para idear: La cantidad de tiempo que pueden utilizar las personas para generar nuevas ideas.
- Juego y sentido del humor: La espontaneidad y soltura que expresan las personas en el grupo.
- Conflicto: La presencia de tensiones personales y emocionales en el grupo (en contraste con las tensiones debidas a las diferencias de opinión identificadas en la dimensión de discusión o debate). Esta dimensión, aunque negativa, está presente en cualquier ambiente social. En un ambiente favorable para la creatividad debería presentarse en un nivel bajo.
- Apoyo a las ideas: La forma en que se reciben las nuevas ideas.
- Discusión o debate: La presentación de desacuerdos entre diferentes puntos de vista, ideas, experiencias y conocimientos.
- Toma de riesgos: La tolerancia a la incertidumbre y a la ambigüedad experimentada en el grupo.
Como
vemos estos 9 aspectos del clima favorable a la creatividad se puede aplicar
perfectamente a la escuela.
Hacer
actividades que involucren a los niños, que los comprometa tiene que ver con el interés que produzca en ellos la
materia a tratar. Además desafiarlos
en sus capacidades, al mismo tiempo que se apoya
las ideas y motivarlos a tomar riesgos. Se puede tener momentos
de relajo en cada clase, aprender haciendo y por qué no jugando, poniendo sentido
del humor en algunos momentos y minimizando los conflictos provocando el debate
y discusión de ideas de manera respetuosa. Todos estos elementos provocan
que las personas y los estudiantes puedan sentir que son capaces de lograr
objetivos y disfrutar con lo que están haciendo. Además empodera a los
estudiantes frente a su futuro, como dijo Philippe Brasseur “esta es la verdadera misión de la escuela en
nuestros días, llevar a los individuos a
emerger fuera de toda norma y de todo conformismo” Teniendo como objetivo “realizarse como persona.”
Conclusión
Un “país
creativo” es posible si nosotros, educadores lo hacemos posible. Nuestro
compromiso con los niños, explorando con ellos sus posibilidades y capacidades
y no simplemente transmitiendo conocimiento.
Hoy, en el siglo XXI el
conocimiento está al alcance de todos, está ahí, esperando a que lleguen
personas capaces de encontrarlo y de utilizarlo. Hagamos de nuestros niños
personas con estilo propio, creativos y con talante que puedan dar a conocer
sus opiniones sin miedo, confiados de sus capacidades, sabiendo que lo que no
conocen aún está esperando para que ellos lo descubran o creen lo que todavía
no ha sido creado.